Llevo años trasteando con todo tipo de gadgets, pero pocas veces algo tan pequeño me ha dado tanta satisfacción como esta consolita retro: la Anbernic RG40XX V. Me la pillé con la idea de revivir algunos RPGs clásicos… y terminé creando una mini máquina del tiempo portátil que me acompaña a todos lados.
Tamaño perfecto, potencia justa
La gracia de esta consola no está en competir con una Steam Deck o una ROG Ally. Está en su comodidad extrema. Literalmente la puedo tirar en la mochila, sacarla en el sofá o jugar un rato en la cama sin que me pese nada (ni física ni mentalmente). El formato vertical es un acierto, y la cruceta responde mejor de lo que esperaba.
Por unos $60, es difícil encontrar algo que ofrezca tanto valor en un paquete tan pequeño. La pantalla IPS de 4 pulgadas (640×480) es perfecta para los juegos retro, con colores vibrantes y ángulos de visión excelentes.
¿Qué le he metido?
Después de investigar bastante, y de probar 4 0 5 Sistemas Operativos, decidí dejarle el OS que viene de serie como sistema base, quiza no sea el mas bonito, pero acaba siendo el mas estable fácil de manejar. Desde ahí tengo acceso a todo lo que necesito sin complicaciones.
Mis juegos instalados
Una muestra de los títulos que llevo siempre conmigo:
- Chrono Trigger (SNES)
- Final Fantasy VI (SNES)
- Golden Sun (GBA)
- Fire Emblem: Blazing Sword (GBA)
- Castlevania: Aria of Sorrow (GBA)
- Pokémon (Todos los disponibles en Game Boy Advanced) (GBA)
- Todos los Zelda posibles.
- EarthBound (SNES)
- Un buen puñado de Marios
- Super Metroid (uno de los padres del genero Metroidvania)
Todos funcionando perfecto con RetroArch, y gracias a la buena batería que tiene la consola, me da sesiones largas sin andar buscando enchufes.
Conclusión
La RG40XX V no es la consola más potente del mundo, pero si te gusta lo retro y buscas una experiencia práctica, directa y muy portátil, es una compra que recomiendo con los ojos cerrados. Yo la uso a diario.
Y sí, aún me sorprende lo mucho que me gusta.